viernes, 2 de junio de 2006

Generalidad XII

Se prolongaron los años mi niña. Sin sentirlo siquiera. Era sólo ayer, tal vez antier como decía el abuelo Zenón, y en mitad pleno invierno del sur castellano cuando pude sentarme finalmente a escucharte con detenimiento y el ambiente no podía ser mejor. - Ella vive en un paraíso inspirado, vertido en si mismo como quien tiene propósitos ineludibles y se le han permitido oportunidades especiales para poder dedicarse al menester. A la premura del mismo al menos. La turbulencia del destierro, alejada del tráfico y sin conducir vehículo alguno, rodeada de un orden sano, como una sopa de cereales integrales y soja.
- Soy española de hablar a gritos, de jugar a la pelota con los cantos del rio, de bajar como un torrente de fuego por la escalinata de la vieja universidad. No soy una ciudadana, ni una vecina, ni una compañera, soy una pasión que camina. Por eso, vosotros, estúpidos extranjeros no me entendéis. ¿Cómo vais a entender que quien lo tiene todo pida más? Y es que no sabéis que ese todo reluciente, adquirido en tierra prestada y bajo sol ajeno, no puede curar una enfermedad fatal que se llama nostalgia. –
Dicen que lo bello, cuando se pierde, se vuelve más bello todavía. Y lo fuiste mucho. Eras un hechizo en las madrugadas de rocío, un calor en las venas en las noches de erotismo caliente. Frente a la majestuosidad de la existencia solitaria echaba de menos a tus palabras, que busqué y no encontré y que en realidad no necesitaba encontrar porque las llevaba dentro.
En aquellos días cargué contigo como se lleva un escapulario para defenderse del siniestro. Como un escudo. - Muchos dicen que estoy loca. ¡Pues claro que lo estoy! ¿No va a estar loco el que se gana la lotería y le roban el boleto? Los libros que no leía los leo ahora por ti. La música que allá no escuchaba la escucha ahora aquí. Sola. Tarareando sola.
– Ya no habito ni casa ni apartamento, vivo en un baúl de recuerdos. Cada vez que lo destapo encuentro una fotografía gastada y sufro una herida con la que defiendo cada vez peor tu autenticidad. O la mía. O lo que queda de ambas.

9 comentarios:

Anónimo dijo...

Mis pies cuando se mueven,
alas de mariposas parecen.....
Mis pies cuando se mueven,
colas de sirenas parecen.....
Mis pies cuando se mueven,
a mi mente van a denunciar,
se enlazan... uno se adelanta...
el otro se queda atras,
se enlazan............
porque no quieren hablar.
Mis pies cuando se mueven......
el sol y la lluvia los hacen saltar,
y un fresco rocio los hace retozar.
Mis pies cuando se mueven,
posiblemente alguien los hizo pensar,
suave....... muy suave..........
mis pies se comienzan a alzar..........

Mis pies desnudos!
Los tienes que mirar!!

Anónimo dijo...

Espero que le guste el poema que me inspira. En realidad es un poema viejo, pero le va pintado.

e-saludos.

Anónimo dijo...

Yo creo que a partir del momento en que el PP llega al Gobierno, deja de ser el fantasma de las dos Españas y comienza a ser realidad. Empieza a tomar cuerpo. He pensado, en determinados momentos, que la involución era tanta que no sé hasta dónde íbamos a llegar. Yo me pregunto a veces cuántas generaciones deben pasar para que la nostalgia de aquella época de verdad desaparezca. De verdad se asimile y de verdad se democratice, además. Porque la sensación que tengo es que esta derecha está en la democracia porque lógicamente tiene que entrar en el juego para conseguir lo que quiere conseguir, que es dinamitarla desde dentro. Es la sensación que tengo. No creo que esa derecha sea una única derecha. Hay una derecha moderada, una derecha liberal. Otra derecha que es la que nosotros hemos vivido que es muy lepenista. Y otra que está más al centro. Y en algún momento, por el bien de la democracia y por el bien del partido, yo creo tiene que haber una escisión. Ahora, lo que pasa es que yo entiendo que los más moderados tienen que trabajar esa escisión con tiempo y desde dentro porque si se salen, lógicamente van a quedar desprotegidos y van a potenciar la existente.

Juan Carlos dijo...

Este texto necesita comentarios elogiosos ya. Fenomenal, Fernando, así se hace, con las venas abiertas.
Un abrazo.

Anónimo dijo...

Ten cuidado cuando golpeas. Se te ve el plumero.

Anónimo dijo...

Sí. Es muy, muy, bueno. Dos cientas páginas así y hacemos la ola. No. No atesoran más calidad doscientas que una. Pero escuché decir a alguien una vez que si La Venus de Milo midiera 20 cms. en vez de 2 metros, nadie, jamás, se hubiera fijado en ella. Ahí hay una idea para la reflexión y la opinión.

Imágino que harás lo que puedas. Viviendo y escribiendo. Cuántas veces habrás renegado de lo injusta de tu suerte. Cuántos éxtasis de orgullo, cuántos derrumbes por el desánimo. Quién te mandaría tener una pasión artística socialmente no reconocida. Esto es lo que nos toca vivir (no demasiado mal, convendrás conmigo, que no sabemos lo que es ni el hambre ni la guerra) Y tiras para delante... ¿Se puede vivir sin escribir? ¿Se puede escribir sin vivir?... Más preguntas con vocación de iniciar fructíferos debates.

En todo caso no creo que escribiendo así (y siendo, como eres, consciente de ello) puedas dejarlo, así que no hará falta animarte.

No me identifico porque me parece una soberana vulgaridad firmar un comentario laudatorio. No quiero que creas que me debes algo.

Anónimo dijo...

Todos debemos algo
algo que se filtra con el rocio, que perla tus dedos cusndo acaricias,
que silba en mis oidos palabras nuevas.

Y crezco al oirte, siempre crezco.

Anónimo dijo...

El arte está muy bien, pero es una perdida de energía si no se destina a modificar el mundo.

Sin que sirva de precedente os copio un ejemplo de lo que es literatura combativa O¡!

"Mi brazo cambia en herramienta
que destroza los viejos elementos
mi mano forja el edificio
de ángulos sobrios y violentos
en las zonas industriales los martillos hidraulicos se esfuerzan.

Obreros cantan sobre el ruido
la cuidad de las maquinas despierta

Brigada de demolición
derribar para construir
brigada de demolición
destruir para edificar

Mi cuerpo cambia en herramienta
que destruye las viejas conciencias
mi voz emite el desafío
de palabras, libres y violentas
en las zonas industriales los martillos hidraulicos se esfuerzan
los obreros cantan sobre el ruido
la cuidad de las maquinas despierta

Brigada de demolición
derribar para construir
brigada de demolición
destruir para edificar

brigada de demolición
brigada de demolición

Anónimo dijo...

¿Hay un hombre en mi nevera?