sábado, 23 de febrero de 2008

Generalidad XXX

Cuando miro a mi hija, comprendo que la felicidad solo existe si se ignora que se posee.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Sigue siendo verdad eso de que los niños vienen con un "pan" debajo del brazo, entonces...

Fernando Díaz dijo...

Bueno, bueno... Tampoco es eso. Aunque me refiero a la primera, porque la que está en camino se resiste la condenada.
Claro que dirá que para lo que hay que ver...
Tengo unos dvds duplicados para tí. en cuanto tenga un rato digno de ese nombre nos tomamos un café.
Cuídate.

Anónimo dijo...

Me cuidaré... Pues nada, a seguir esperando...

Anónimo dijo...

En los días previos a esa sensación de mirar a tu hijo y preguntarte de dónde sale esa paz que no sabes cómo abarcar, estoy de acuerdo en que los adultos desperdiciamos muchos ratos felices por insatisfacciones que no acabamos de superar o por la triste necesidad de exprimir y vampirizar momentos que no pertenecen a nadie...o pertenecen a todos.

Juan Carlos

Anónimo dijo...

Y usted, señor Juan Carlos. A ver cuando le mete mano a su blog.

Fernando Díaz dijo...

No sabes cuanto coincido con Fernando. Juan Carlos, aunque sea poco, pero lanzanos algo que llevarnos al diente.

Por cierto, amigos míos, la madrugada del martes fuí padre por segunda vez. Otra niña, Helena, dispuesta a llenar los días y de momento las noches (ayer nos dormimos a las cinco y media de la madrugada... o de la mañana, que ya uno no sabe). Ánimo Juancar y duerme ahora que aún puedes.

Anónimo dijo...

En-hora-buena.

Anónimo dijo...

¡Enhorabuena, Fernando! Nosotros seguimos a la espera, se ve que está muy a gusto.
Me reincorporo al blog, veremos lo que me dura.

Juan Carlos