miércoles, 20 de junio de 2007

Generalidad XXIV

Los amores inconclusos son como las palabras que buscan en vano una pared en la que hacer eco.

4 comentarios:

Juan Carlos dijo...

¿A qué considerar un amor inconcluso?¿El que por diversos condicionamientos y circunstancias no pudo vivirse como los amantes querían?¿Y la suerte de haberse encontrado, sea por el tiempo que sea? Los amores inconclusos pueden ser tan fértiles para la evolución personal.

Fernando Díaz dijo...

Estoy de acuerdo completamente. Habría que definir previamente que es inconcluso. Pero es en esa ambigüedad donde está la respuesta subjetiva. Y ese es el anzuelo de la generalidad.

En mi opinión es aquel que no dió todo lo que pudo de sí mismo, o que, tal vez. dió demasiado.
La plenitud es básicamente cuestión de medida, por eso creo que el amor pleno es desmedido y fragil, inexistente y falso. Engaña con el espejismo de la plenitud infinita, con la perfección feliz y sempiterna; pero sabemos que los sentidos se saturan rápidamente (el amor tiene mucho de sensorial) y el embotamiento primero provoca insensibilidad. Luego hastío.

De cualquier manera, como toda falsedad hermosa es necesaria para poder vivir. Las estrellas jamás se alcanzan pero marcan rumbos. Y jamás se habrían cruzado océanos sin ellas.

Juan Carlos dijo...

Exacto, Fernando, el amor marca rumbos, y los conceptos y las cosas que nos dan seguridad cotidiana muchas veces lo enturbian, por eso el supuesto lado falso del amor para mí tiene muy poca entidad, si el mundo anda tan cojo de ideas que lo impulsen, que al menos el amor nos dé el hálito de una vida distinta.

Fernando Díaz dijo...

Siempre fuiste el más lorquiano de todos nosotros, el más soñador, el más sensible.
Ninguno puede copiar tu lirismo. Del que por cierto hace mucho que no leo nada y sabes que me gusta.