viernes, 25 de enero de 2008

Antecedente XXI (Doreen en los 80's)

Hablar, digamos por ejemplo, de lo que pasó aquel verano del ochenta y tantos en las tardes de arena y playa inexistentes porque mis padres no eran, al parecer, lo bastante pudientes o lo bastante progres y descabezados como para salir de la ciudad en agosto, no es de lo más seductor, creativamente hablando.
Así que me pongo al segundo de los temas que tenía en mente: Recapitular parte de la pérdida de consuelo y de los amigos por el despecho pajillero de la señorita Redondo, alías la Doreen. Ya sabemos que la mentira es un acto de amistad íntima, pero reconocerlo no deja de dar por las najas.
La muchachada acudía a la pérgola en las últimas semanas del mes de junio. En Pincia todos entendíamos que era la del Campo Grande y no hacían falta más señas. Si hablásemos de la Valencia de hoy en día, diríamos que quedábamos en ruinas y tan frescos.
Si el año era bueno y aquel lo recuerdo especialmente, lo normal es que hiciese el calor necesario para ir en mangas de camisa. Y si no, se hacía el gilipollas con los chalecos del plumas que dejaban ver los logotipos de los amarras o de los privata. Sois unos pindongos decía mi abuela. Y es verdad que andábamos sin provecho ni necesidad por las calles. Lo único bueno de la adolescencia es que termina por irse.
Recordarás que había unos quince minutos desde la casa de mis padres a las terrazas. No se me despinta un día en que me acerqué todo confiado de mí mismo, pleno de seguridad y de testosterona con los quinientos uno pesqueros y el polo burberrys de manga larga color lila. Y no nos olvidemos del detalle de los castellanos sin calcetines. Nada más absurdo y más eficaz para hacerse mancaduras en el talón. No es de extrañar que no lo olvide alguien con tan graves problemas de auto aceptación y complejos en salazón por aquella época y las que vendrían. ¡Paleocristo!. Todo quedaría finalmente en el metabunquer del metabarón.
Mientras yo tomaba la duodécima cerveza con limón de la mañana, me embobaba mirando a la diosa mundana de los polos celeste y los vaqueros de florones, (qué moda la de los semipijos de los ochenta, redíos). Como yo no tenía ninguna posibilidad con la reina Doreen y en el fondo lo sabía, me engañaba tras el seudónimo del amigo Bermejo y Quiñones del Real, escribía cartas en llamas, me dedicaba a tiempo parcial a alentar romances ajenos y divirtiéndome luego haciéndoles naufragar, jodiéndoles vamos. Y sobre todo echando después al gilipollas del cañas a cagar por ahí.
Y aunque la verdad es que siempre he sido bastante acojonado, no puedo presumir de lo contrario, y luego he gastado en sicoanalistas lo que no está en los escritos por hacer el memo, al mirarlo con una cierta distancia no deja de encantarme el tema. Toda la puta vida escondiéndome en bares y haciendo ver que las zonas de moda me daban grima y tal cuando se convertían en masificadas y la verdad, solo estaba huyendo de la vergüenza y del miedo a que me quitasen la máscara de sacamantecas del tres al cuarto.
Hoy supongo que aquella vieja gran amiga que se malogró estará mal casada y por lo que no me cuentan tendrá dos o tres niñas. Y a los demás, que les he visto más veces de las que me gustaría y deben ser dos o tres, siguen buscando a la novia o la autoestima que les quitó el tontolculo del Moreno con su cara de gárgola. Qué penita la hijalagranputa la Doreen. Qué penita te lo juro y que desperdicio.

16 comentarios:

Anónimo dijo...

Qué bueno era Don Félix de Bermejo y Quiñones del Real!!!

Pati.

Anónimo dijo...

El más grande sin duda. Y aún mantengo lo que sostuve.

Anónimo dijo...

También vivi esa epoca. La verdad es que tenía su encanto.
Me ha gustado el cuento aunque creo que sobran algunos tacos.

Anónimo dijo...

Qué valor el tuyo para echar la mirada atrás para encontrarse con los privata y los lacoste, la madurez se atreve con todas las miserias del pasado. Que no, que es broma, todos tenemos historias parecidas pero el tamiz propio las convierte en especiales, y así debe ser por los siglos de los siglos.
Un abrazo, Fernando, desde la dulce espera.

Juan Carlos

Anónimo dijo...

Llevo tanto tiempo solo que me empieza a sobrar la gente. Sospecho que es preocupante.

Fernando Díaz dijo...

Un placer saber de tí, tras tan largo silencio.
Aclárame lo de la "dulce espera" que, reconozco, me ha dejado de lo más intrigado...

Anónimo dijo...

Todo un lujazo mirar hacia atrás con la mirada limpia. Sin rencor. Sin vergüenza. Todo un lujazo y un signo de sabiduría del que se debe tomar nota.

Sin rencor. Porque ir apuntando en el debe y en el haber los ingresos y los gastos de la vida no suele dar un buen resultado, suele conducir a la soledad, o al orgullo falso o a la autocomplacencia insana.

Sin vergüenza. Porque “agua pasada no mueve molino”, y poco más se puede decir ante la sencilla contundencia del folclore. Aprender de lo que fuiste, saber quien eres, esforzarte en qué quieres ser.

Posdata: gracias por continuar escribiendo, nos recuerda a todos lo hermoso que es, no sabes la labor que haces...

Anónimo dijo...

Pensé que lo sabíais los "madrileños", porque por José Fernando sé que alguna vez os habéis visto, pero claro, tampoco tenía porqué salir en la conversación. Pues nada, que en un mes soy padre, es niño, y todo va bien (para él, a Delia la tiene hecha unos zorros)

Juan Carlos

Fernando Díaz dijo...

¡¡Hombreee!! Que buena noticia. No sabía absolutamente nada. La verdad es que llevamos desde verano bastante dispersos y creo ue no comemos juntos desde hace más. Esto de la gran ciudad que tiene sus miserias y sus pagos. Uno de ellos es el tiempo de los desplazamientos.
Pues lo dicho, que sea enhorbuena y entre nosotros, ánimo que más de una vez os hará falta.
Y además coincidimos, nosotros a finales de febrero tendremos a nuestra segunda niña. No se van a llevar ni semanas.
Un abrazo al padre y sobre todo un beso a la madre.

Anónimo dijo...

Pronto podrás volver a ponerte un chaleco y un sueter de amarras, el día 6 de marzo se presenta de nuevo la marca en Madrid. En las tiendas a partir de septiembre.Más información en amarrasmoda.blogspot.com
Un saludo

Fernando Díaz dijo...

!Que cosas!

Anónimo dijo...

Yo creo conocer a Doreen Redondo. Estaba como un queso, joder.

Anónimo dijo...

Me gusta. La nostalgia es un arma muy potente. Pero reirse del pasado lo es todavía más.

Félix H. de Rojas / Félix Hernández de Rojas dijo...

Fernando, necesitamos fotos de la nena esa. O un retrato de tu fertil pluma, detalles incluidos. Ah... y un poco de fornicio mental.
Jolines, sí que llevo retraso leyendo posts y posts, veo que aquí Juan Carlos hablaba de su bebita. Cosas de la vida.

Por cierto, haz el favor de acabar el cuento largo o novela de Pincia, que me tienes mal querido. O te propongo que hagamos una joint venture de cuentos de nuestra casa (Abierto a friends, of course)

Anónimo dijo...

Gárgola

Anónimo dijo...

¿Doreen?....¿la señorita Redondo?...
Pues no caigo. Pistas por favor.