martes, 14 de julio de 2009

Antecedente XXVIII

Desde que no nos vemos cambié de empresa tres veces y tras de mí se han hundido dos de ellas. No fuiste demasiado lista y por momentos, tenías tendencia a ser bastante puta, cosa que en determinadas ocasiones me encantaba, he de decir. Y aunque me debas algo de dinero, ni me acuerdo y, para serte sincero, no es lo que lamento hoy.
Antes no solía ir a restaurantes y me daba vergüenza hacer la elección cuando iba con mi ex de toda la vida y ella estaba tan radiante que solo podía mirar sus piernas. Ahora, con esto de la crisis, estoy buscando los que conservan estrellas Michelin que me lo ponen mucho más fácil que antes. No volvería atrás, tampoco es eso, pero sí que me gustaría recuperar algo. ¡Pues claro que quiero todos los bollos!
Cuando mal dormía acompañado en aquella cama de metro treinta y cinco, apenas había cogido un avión (para ser sinceros la primera vez que lo hice fue a Roma con Juacules el Magno). Ahora tengo la tarjeta plata de al menos dos compañías, me saludan en los controles de la T4 y reconozco que vivía mejor antes. En ciertos aspectos todo era más sencillo.
Cierro los ojos y me los froto. Veo la sangre de mis párpados transformada en estrellas rojas y en extrañas imágenes que os cuento para que riais conmigo o de mí, que tanto da.
Dios cortándome el flequillo con las manos saliendo de una nube.
Un rey apartando el armiño para mear cómodamente tras el trono.
Un albatros bailando el foxtrot o algo parecido.
Un melón invernal pasando las calendas entre putas y muy putas.
… … …
Espero que todo termine pronto.
Y rápido. Y lo más indoloro que pueda ser.