martes, 31 de mayo de 2005

Antecedente V

Cuando te sorbía en aquellos ya lejanos días, sabías a humo y a sal de algas, quizás incluso al acercarme si me fijaba atentamente, a juegos de niños, ruidosos y turbulentos. Y el regusto en mis labios, al cabo de un tiempo, era acre y me recordaba el sabor de los botones de carey de la americana de mi abuelo que abandonaba en la butaca del vestíbulo cuando nos visitaba.
Cuando miro desde la atalaya del presente el extraño cristal del que estaban fabricadas tus excusas percibo un resplandor otoñal un poco desvaído y cursi. Te rozo desde la niebla, amable y áspero abedul y un estertor recorre arriba y abajo, arriba y abajo, mi espalda. Te reflexiono en voluta de opio los domingos por la tarde y las fiestas de guardar, droga estanca que es hoy mi único poso.
Eres perforación en mi vida, aún no decidí si dolorosa, algo incómoda, pero siempre catalizadora y especiada. Enarbolando en soledad cordilleras inalcanzables del espíritu como otros lo hacen con calzones de firma. Tanta diferencia. Tanta dificultad. ¿Que nos resta?

4 comentarios:

GVG dijo...

Leerlo es como sentir la caricia de unas hojas al caer en la cara, no sé si es esa la sensación que buscabas al escribirlo, la caricia de los elementos o la caricia del pensamiento.

Anónimo dijo...

¿Que nos resta? Que continúe la historia. Muy bueno. Estoy de acuerdo con Gonzalo.

Caque dijo...

Me gusta... La creación de la atmósfera de añoranza, de mirada serena y dolorosa sobre un pasado aún no demasiado olvidado, es muy buena... Trasmite, Fernando, trasmite... Me parece que el sentimiento le sienta muy bien a tu escritura.

Qué habrás estado haciendo estos años... O esto de escribir es como andar en bicicleta (que jamás se olvida), o tienes algunos papeles escondiditos en el cajón de la cómoda.

Me gusta. Sí señor. Me gusta.

Juan Carlos dijo...

La profundidad de un texto puede moverse por muchos caminos, jugar con todo y con nada, resbalar por paredes de tiempos diversos. Te desnudas con elegancia, sí señor. Bueno, eso de desnudas... Voy a tener que cuidar mi lenguaje para no asustar a alguno de nuestros comentaristas, con la fama que me he echado...